El bravo Cura de Valverde que movilizó a los tordesillanos

'Bonito' en una instantánea publicada en El Norte de Castilla


Declarado vencedor del Torneo y concedido por lo tanto el indulto, los vecinos de Tordesillas impidieron que la Guardia Civil acabara a tiros con la vida de un bravo ejemplar del Cura de Valverde cuya historia, 24 años después, aún resuena entre los pinares tordesillanos huérfanos hoy de una tradición medieval origen de la tauromaquia moderna.


Corría el mes de septiembre de 1993, sin saberlo, el ganadero Cesáreo Sánchez Martín despedía la que sería su última temporada antes de fallecer seis meses después, y lo hacía en los pinares de la Vega tordesillana con un morlaco de más de 500 kilogramos y de nombre ‘Bonito’ a quien aquellos que lanza en ristre se atreven a medirse cara a cara con el bravo esperaban con el miedo pegado al cuerpo.


Los de Cura de Valverde, apelativo referido a la profesión sacerdotal del único de los 9 hijos de Juan Sánchez Rodríguez que continuó con el oficio fundado por su padre en los años 40, siempre tuvieron fama de duros y su actuación quince días antes del Torneo en el agosto venteño en un festejo al que Vicente Zabala se refirió en El País como una “Impresionante corrida de principio de siglo” no hizo más que acrecentar las expectativas y miedos de una afición vallisoletana impaciente por comprobar las virtudes de una de las vacadas señeras del torismo en su vertiente más purista.


Al filo de la medianoche del lunes, “Bonito” colgaba de sus pitones, tan íntegros como exigen las normas del Torneo en el que al día siguiente sería lidiado, al primero de los cuatro heridos que provocaría en la Villa del Tratado dejando como parte de guerra un muslo cosido con más de una veintena de puntos y el sello de una bravura a la vieja usanza de la que el pueblo de Tordesillas sería testigo durante el 16 de septiembre y que supondría el indulto del toro del Cura. Considerado como el último toro y el primero en muchos años al que se le ha concedido el perdón, pues si bien dos años después el de La Cardenilla que corrió la misma suerte fue finalmente abatido por la Guardia Civil, el morlaco de la temida vacada salmantina protagonizó un Torneo de tres horas de duración del que finalmente salió victorioso no sin antes sumar a su parte de heridos cuatro cogidas más, tres de ellas de gravedad producidas en el abrupto pinar tordesillano testigo de un rito tan ancestral como necesario para salvaguardar el patrimonio de la tauromaquia: La Vega de Tordesillas.




Refugiado entre los pinos, sin tan siquiera haber logrado la primera lanzada abrir sus carnes, el astuto toro de Valverde aguardó en sus terrenos, impracticables para practicar la suerte del alanceamiento, a los pocos caballistas y torneantes a pie que osaron desafiarle y que finalmente optaron junto al alcalde declararle como triunfador del Torneo. Marcaba el reloj las dos de la tarde cuando se concedía el indulto que la Guardia Civil pretendía emborronar sacrificando al bravo a tiros, hecho que los propios aficionados impidieron siendo el morlaco recogido por los mansos llegados del cercano prado de Zapardiel. Y como si aún pretendiera defender su orgullo y su casta, cuando la batalla ya había tocado a su fin y los espectadores eran desalojados, ‘Bonito’ alcanzó la que fue la cuarta vida que bailó entre sus astas aquella histórica jornada del 16 de septiembre de 1993 que concluyó con esta frase del alcalde: “Los tordesillanos hemos tenido la ocasión de demostrar a esos pocos que vocean tanto que la lidia del Toro de la Vega es un torneo justo y limpio, en el que vence el más valiente o el que más sabe”


'Bonito' dejó tres heridos graves a su paso por Tordesillas

Con anterioridad a la corriente sensacionalista que hoy día se apodera hasta de los medios provinciales, la prensa vallisoletana de aquel entonces relataba con minuciosidad lo ocurrido en los pinares tordesillanos, dedicando al Torneo extensos reportajes como este de El Norte de Castilla en el que se relataban las heridas de gravedad que protagonizó 'Bonito':




El Toro de la Vega de 1993, 'Bonito', perteneciente a la ganadería de Valverde, de Salamanca, con 540 kg de peso y cuatro años de edad, pasará a la historia como uno de los pocos toros indultados en este único torneo, Sin embargo, lo que ayer se consideró una justa limpia, dejó tras de sí varias personas heridas, tres de ellas de gravedad.

Se trata de José Antonio Rico Ovejero, de 21 años, natural de Tordesillas, que resultó alcanzado a las 11'10 horas en el muslo derecho, produciéndole una herida que le afectó al paquete femoral cuando intentaba alancear la res antes de que ésta llegase al Pinar de la Vega.

A las 11'20, Juan Antonio Vaquero Gutiérrez, vecino de Valladolid, resultó cogido por el Toro de la Vega dentro del pinar y recibió una cornada en el tórax que le interesó el pulmón. Ambos heridos se encuentran ingresados en el hospital 'Pío del Río Hortega' y su estado es grave y de pronóstico reservado, respectivamente.






Una vez indultado el toro, hacia las 14.30 horas, en el pinar, fue corneado Javier Villate Rolo, vecino de Cabezón de Pisuerga, también ingresado en un hospital de Valladolid, donde su estado es de pronóstico reservado.

Por último, en la noche del lunes, durante el encierro del Toro de la Vega, resultó herido en un muslo Fernando Martín, que recibió una veintena de puntos.


Hoy, 24 años después, los mismos políticos que en ferias ocupan los callejones de nuestro coso, nos prohiben alancear al bravo en Tordesillas ignorando que el astado que con anterioridad al decretazo embestía para honrar su vida, el de hoy lo hace para ir camino del matadero.




Texto: Diego Serna
Fotografías: Norte de Castilla (Septiembre 1993)



Comentarios