Grabado de Valladolid (siglo XVI)
El arquero de Felipe II quedó impresionado con la bravura de uno de los astados que con motivo de la visita del monarca a Valladolid la ciudad lidió "enalbardado, lleno de cohetes". Y es que tal fue la bravura del morlaco que entre sus astas perecieron algunos hombres, teniendo que ser sacrificado por dos guardas de albardieros.
La práctica del toro de fuego, modalidad actualmente extinta en Castilla a excepción de Medinaceli, gozó de gran popularidad en el Valladolid del medievo, tanto es así que son numerosas las crónicas encontradas en las que se alude a la celebración de este tipo de festejos en las calles vallisoletanas. De entre todas ellas destaca la acaecida en la plaza mayor de nuestra ciudad el 11 de julio de 1592 que recoge la lidia de un gran toro encohetado, práctica existente en la colocación de una manta llena de cohetes en los lomos del astado para avivar su fiereza.
Tal fue la bravura del morlaco lidiado hace hoy más de 400 años que Enrique Cock, arquero del rey, recogió sus impresiones en un texto que perdura hasta nuestros días:
"Comenzaron los toros, que fueron de poca importancia, hasta uno que salió después del juego de cañas, todo enalbardado, lleno de cohetes, el cual, acabando el juego, fue tan bravo que mató alguna gente, y corrió tanto que vino anochecer, de suerte que queriendo retirarse su Majestad, hubo de mandar a los dos guaras de albardieros que lo matasen"
Pero no fue el de Valladolid el único toro encohetado del que Enrique Cock dejó constancia pues tal y como recoge Francisco L. Izquierdo en el número 865 de la revista El Ruedo (1961) también presenció un festejo similar, esta vez con el fuego en los cuernos, en Zaragoza:
Bibliografía: Valladolid en la historia taurina (1152-1890) Emilio Casares Herrero
Los toros en Valladolid en el siglo XVI (Mª Jesús Izdo y Marco Antonio Milán)
Soria.org (http://www.soria-goig.org/pdf/jornadatarazona.pdf)
El Ruedo (19 enero de 1961)
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