El toro que sembró el caos en los tendidos de Valladolid

Caos en los tendidos en busca del morlaco


Lidiado en el segundo y último festejo de la feria de San Pedro Regalado de 1995, el de José Vázquez tuvo en jaque al escaso público congregado en los tendidos de nuestro coso al lograr, de un salto, acceder al patio de arrastre, lugar comunicado con los tendidos, donde mató a una mulilla. Y es que de tal magnitud fueron los incidentes de la aciaga tarde que el diario 'El Norte de Castilla', a través de la desaparecida Maribel Rodicio, dedicó una página completa a las desavenencias vividas:

"Salío el primer toro y como no le gustaba el ruedo ni la lidia que se olió iba a administrarle Juan Mora, cogió carrerilla y saltó al callejón por la puerta de caballos. Con el impulso abrió la puerta de acceso a los corrales y por allí se coló, entre el revuelo general y el susto de los más cercanos a la zona que empezaron a arremolinarse junto a los vomitorios, mientras otros, más precavidos, porque ya en otra ocasión un toro escapado salió a los tendidos, escalaban hacia las gradas bajas. 

Instante en el que el de José Vázquez escapa del coso


A partir de ahí toro transcurrió como en una película de intriga, mientras los ecos iban acercando rumores hasta el callejón. "Na matado a un caballo". "No, que ha sido una mulilla de arrastre". "Se ha escapado, puede salir hasta la calle..."

Al cabo de un rato, abrieron la portonera de los picadores, cuando éstos, por precaución estaban dentro del ruedo y por allí salió el toro. Pero enseguida pudimos comprobar que no era el saltarín, marcado con el número 11 y el hierro de Aleas, sino con el 22 y el símbolo de San Román. "¿No hay megafonía en la plaza para que nos expliquen el cambio?" vociferaba un aficionado en el desolado tendido del 7, mientras otro se hacía de cruces porque el sustituto del huido no hubiera salido por la puerta de chiqueros.

La explicación nos la dio a los periodistas el delegado gubernativo, Félix Feliz: Cuando quisieron soltar a los mansos para que recogieran al escapado, que se paseaba por la zona del matadero hasta la zona de taquillas y entrada de vehículos de autoridades, al atravesar la corraleta en la que estaba el tercer sobrero, éste se les unió. Y tras pelearse con el que había abierto plaza, aprovechó la abierta puerta para saltar a la arena

El astado embistiendo a las mulillas

"¿Cómo explicar todo esto por el altavoz? Es tan complicado, tan rocambolesco, que ni se va a entender ni se va a creer" A falta de explicación cambiaron los datos de la tablilla.

A partir de ahí hubo psicosis de salto entre el respetable y era de ver como cada vez que salía un astado, la gente del callejón se tapaba lo más posible.


Fuente: El Norte de Castilla, Maribel Rodicio (15 de mayo de 1995)

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